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Habían muchos autos, la música le daba al lugar la atmósfera ideal para estar en armonía con los coloridos puestos de comida y juegos mecánicos.
Nos dirigimos hacia el templo por una calle repleta de gente, muchos ya venían bajando con sus peculiares figuras de cera que llamaban mi atención, figuras de varios tamaños y colores decorados con tonos plateados y dorados atados en par a un hilo portándolos al rededor del cuello.
Fue hasta que llegamos al atrio del templo que vi una gran cantidad de puestos de figuras de bueyes de cera (les llaman también ‘toritos’), justo en uno de ellos atendía un conocido de nuestro amigo que amablemente me explicó que la finalidad de esas figuras es que la gente las compre para llevarlas al templo a bendecir y de esta forma augurar que su yunta (pareja de bueyes que labran el campo) esté sana y sea productiva durante todo el año o que ese año la gente pueda adquirir ganado. Las figuras son huecas y tienen un orificio para que a orillas del rio sean rellenadas de agua y no se derritan con el calor y lleguen sanas y salvas a casa donde serán colocadas.
La gente acude año con año a este templo para adquirir nuevas figuras y de este modo renovar su petición y así sus deseos sean cumplidos.
Que grato fue descubrir y atestiguar nuevamente una tradición que solamente en esta población de Oaxaca sucede.
¿Y tú, de qué color escogerías tu ‘torito’??.
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