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Llegué muy temprano y por un momento pensé que me había equivocado de día, pasaron 20 minutos y vi que comenzaba a llegar gente al atrio del templo, eran los invitados al carnaval, los zancudos de Zaachila quienes serían parte del carnaval, entre risas y bromas entre ellos comenzaron a arreglarse pues el carnaval no tardaría en comenzar.
A lo lejos escuché los acordes de la banda que me pusieron alerta para detectar su ubicación, no estaban lejos, caminé dos cuadras hasta toparme con ellos, la banda iba acompañada del ‘Rey feo’ y reinas de otros años del Carnaval de Santa Lucia del Camino (Oaxaca), los fui acompañando mientras hacía algunas fotos, en realidad no sabía a donde íbamos, sólo sentía que nos alejábamos, varias cuadras más adelante se detuvieron a fuera del portón de una casa, entendí que habíamos llegado a la casa de la reina de este año cuando la vi salir con su amplio vestido rojo con plateado y su corona bien puesta, minutos después salimos todos detrás de ella con destino al mismo punto al que había llegado. La gente ya estaba ahí lista para iniciar la comparsa que recorrería la periferia de Santa Lucía del Camino, unos últimos ajustes y asuntos de logística fueron necesarios previo a que saliéramos todos detrás del carro alegórico que llevaría a la reina por su recorrido, todos a pie y a ritmo de música iniciamos el trayecto haciendo paradas en algunos puntos donde algunas parejas de grupos de baile hacían sus presentaciones mientras todos observábamos a su alrededor, los zancudos buscaban alguna barda, árbol, poste o cualquier lugar donde recargarse para tomar un breve descanso.
Comenzaba a caer la noche, no así el ritmo del carnaval, el recorrido seguía y nos adentramos en una calle, me parecía familiar el lugar, al poco tiempo reconocí que habíamos llegado nuevamente a casa de la reina por otro lado, ahí la familia de la reina amablemente nos ofreció de cenar y beber a TODOS los asistentes. Los músicos descansaron un momento y los zancudos se comenzaron a retirar, estuve todavía un rato más hasta que vi que ya era tarde, debía volver a casa, el problema fue recordar nuevamente como llegar al templo pues por ahí cerca había dejado el auto.
Que bien la pasé ese día, la gente fue increíblemente hospitalaria y amable, disfruto mucho asistir a estos eventos que me ayudan en mi continuo descubrir de la riqueza cultural de este Estado.
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