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Por varias horas recorrí junto con mi amigo Arturo el mercado de Tlacolula y las solitarias calles de Tlacochahuaya, era un domingo cuaquiera y nos encontrábamos realizando un video que resume mi trayectoria de 20 años haciendo fotos. El grababa mientras yo fotografiaba desde una peluquería improvisada al aire libre que ofrecía cortes de cabello gratis, gente que nos encontrábamos a nuestro paso, así como a 3 caballeros jugando barajas en la banqueta sobre un diminuto y frágil juego de sillas. No había prisa ni un itinerario, nos moviamos sin dirección y cuanto sentíamos que terminábamos de recorrer la zona, cambiábamos de locación, fue una tarde movida y divertida.
La tarde pasó muy rápido así como todas las imágenes que vi y guarde en mi mente, otras de ellas en mi cámara como estas que comparto en este breve artículo, fotos que tenía tiempo que no hacía, así, detenidamente, sin presiones por el tiempo y sin rumbo fijo.
Basta salir un poco de la ciudad para descubrir la magia de las pequeñas poblaciones donde en algunos casos reina la tranquilidad y en algunos otros el bullicio, todos los ambientes traen oportunidades para fotografiar la vida diaria de un domingo cualquiera.
Anímate a tomar tu cámara y recorrer las calles, observa, sonríe, disfruta, enfoca y cuando el corazón te lata más rápido de la emoción, entonces dispara.
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